Entre AMOR Y FLORES estás tú: Clarissa!

Tú, azucena matizada de inocencia 
con valor único muy preciado
por tu suave y cautivadora caricia,
invaluable trofeo me has otorgado
con apasionado amor y efervescencia:
Tu virginidad, elixir por los Dioses ansiado.

Tienes de la lis la heráldica ilusión
y de la orquídea el exotismo sin fin,
con locura, frenesí y pasión
quiero tenerte en mi jardín
para como girasol en rotación
cuidarte cual valiente paladín.

Flor de loto bailarina de la azul laguna
adornada de rocío opalino y azul estelar
más carnal y pasional que rosa alguna,
tu rara belleza encandelilló al astro solar
pero, enojada y celosa tornó a la dulce luna
y hasta el engreido Narciso te quiso halagar
con manantial de versos y serenatas de Tuna.

Pareces azalea, bella, dulce y azarosa
asi como flor de malva cuando te sonrojas
exhalas amor como magnolia olorosa
en fin, narcotica y caliente tal amapola roja

Eres en suma, el clavel de la tersura y la tentación
con alma de miosotis sedienta de sexo y lujuria,
margarita nocturna de rumba y erótica canción
y bromelia salvaje adicta a la pasión con furia,
que luego del sexo toma su apacible condición.